(J.C.S.)
De nuevo, escribo en esta página para hacer referencia en esta ocasión al penúltimo de los llamados «Días en la Diócesis», que tuvo lugar en la ciudad de Córdoba el pasado domingo 14 de agosto, días que como en otro artículo dije, preparan a todos los jóvenes acogidos en las distintas Diócesis de acogida de nuestro país para la esperada Jornada Mundial de la Juventud en Madrid, la cual será presidida por el Papa Benedicto XVI.
Como he dicho el pasado domingo 14 de agosto fue el penúltimo de estos días preparatorios y en esta ocasión escribo sobre el mismo porque tuve la oportunidad de vivirlo en Córdoba rodeado de toda la multitud de jóvenes cordobeses y extranjeros allí concentrados. Todo empezó por la mañana con una misa en la Mezquita Catedral presidida por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández. La ceremonia se ofició en francés y fue retransmitida por el canal global France 2. En torno al mediodía los jóvenes procedentes de los distintos pueblos de la provincia fueron llegando a la ciudad. Pero el momento más grandioso de este día fue por la tarde con la salida extraordinaria de Nuestra Señora del Transito (la Virgen de Acá) desde la parroquia de San Basilio, situada en el popular barrio del Alcázar Viejo, hasta la Catedral. La procesión fue muy peculiar ya que en ella pudimos ver a un número considerable de jóvenes procedentes de veinte nacionalidades diferentes, todos ellos con un pañuelo rojo y amarillo en el que ponía Diócesis de Córdoba y además portaban las banderas de sus respectivos países, pero todos con una misma fe en Cristo y a la Virgen María, protagonista en este grandioso día para Córdoba. Al término de la procesión en la Catedral tuvo lugar un acto mariano en el que se rezó el Ave María en varias lenguas y se cantó la Salve en latín a la Virgen María.
Tras este emotivo y solemne acto la fiesta continuó en el Estadio El Fontanar en el que poco a poco los peregrinos y toda la gente fuimos llegando. A la llegada pudimos ver en dos grandes pantallas instaladas a ambos lados del gran escenario montado para la ocasión, reportajes sobre distintos actos que han tenido lugar durante este año en la Diócesis de Córdoba, todos ellos, como preparación a la JMJ, como han sido la Misión Juvenil en Córdoba, el Encuentro Pascual en Montilla y por último la visita de la Cruz de los Jóvenes a la provincia y a la ciudad de Córdoba. Por fin comenzó el acto con un concierto de Jesús Cabello, joven cantautor y católico que hizo bailar a muchos de los allí presentes y que terminó su actuación con su conocida canción Jesusito de mi Vida. Tras esta magnífica actuación tuvo lugar la representación de la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo a cargo de un grupo teatral de la parroquia de Montilla y tras esto la Vigilia presidida por la magnífica custodia de Arfe de la Catedral de Córdoba, que de manera extraordinaria salió de la Catedral para presidir esta Vigilia, en la cual se expuso el Santísimo Sacramento en dicha custodia y se leyeron lecturas en distintos idiomas. Los jóvenes durmieron durante esa noche en el estadio y a las ocho de la mañana se iniciaría la llamada Misa de Envío presidida por el Obispo de Córdoba. Tras la misa todos partirían hacia Madrid para vivir la esperada Jornada Mundial de la Juventud.
Seguro que todos ellos vivirán una JMJ llena de emociones, alegría y felicidad, en la que todos nos encontraremos con Cristo a través de S.S. Benedicto XVI. Y por último os invito a todos a vivir esta fe ya que como dije en el artículo anterior todo lo relacionado con Cristo y su Madre te llena de amor hacia lo tuyo y hacia los demás y ayuda a la vez a formarte como persona.
Como he dicho el pasado domingo 14 de agosto fue el penúltimo de estos días preparatorios y en esta ocasión escribo sobre el mismo porque tuve la oportunidad de vivirlo en Córdoba rodeado de toda la multitud de jóvenes cordobeses y extranjeros allí concentrados. Todo empezó por la mañana con una misa en la Mezquita Catedral presidida por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández. La ceremonia se ofició en francés y fue retransmitida por el canal global France 2. En torno al mediodía los jóvenes procedentes de los distintos pueblos de la provincia fueron llegando a la ciudad. Pero el momento más grandioso de este día fue por la tarde con la salida extraordinaria de Nuestra Señora del Transito (la Virgen de Acá) desde la parroquia de San Basilio, situada en el popular barrio del Alcázar Viejo, hasta la Catedral. La procesión fue muy peculiar ya que en ella pudimos ver a un número considerable de jóvenes procedentes de veinte nacionalidades diferentes, todos ellos con un pañuelo rojo y amarillo en el que ponía Diócesis de Córdoba y además portaban las banderas de sus respectivos países, pero todos con una misma fe en Cristo y a la Virgen María, protagonista en este grandioso día para Córdoba. Al término de la procesión en la Catedral tuvo lugar un acto mariano en el que se rezó el Ave María en varias lenguas y se cantó la Salve en latín a la Virgen María.
Tras este emotivo y solemne acto la fiesta continuó en el Estadio El Fontanar en el que poco a poco los peregrinos y toda la gente fuimos llegando. A la llegada pudimos ver en dos grandes pantallas instaladas a ambos lados del gran escenario montado para la ocasión, reportajes sobre distintos actos que han tenido lugar durante este año en la Diócesis de Córdoba, todos ellos, como preparación a la JMJ, como han sido la Misión Juvenil en Córdoba, el Encuentro Pascual en Montilla y por último la visita de la Cruz de los Jóvenes a la provincia y a la ciudad de Córdoba. Por fin comenzó el acto con un concierto de Jesús Cabello, joven cantautor y católico que hizo bailar a muchos de los allí presentes y que terminó su actuación con su conocida canción Jesusito de mi Vida. Tras esta magnífica actuación tuvo lugar la representación de la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo a cargo de un grupo teatral de la parroquia de Montilla y tras esto la Vigilia presidida por la magnífica custodia de Arfe de la Catedral de Córdoba, que de manera extraordinaria salió de la Catedral para presidir esta Vigilia, en la cual se expuso el Santísimo Sacramento en dicha custodia y se leyeron lecturas en distintos idiomas. Los jóvenes durmieron durante esa noche en el estadio y a las ocho de la mañana se iniciaría la llamada Misa de Envío presidida por el Obispo de Córdoba. Tras la misa todos partirían hacia Madrid para vivir la esperada Jornada Mundial de la Juventud.
Seguro que todos ellos vivirán una JMJ llena de emociones, alegría y felicidad, en la que todos nos encontraremos con Cristo a través de S.S. Benedicto XVI. Y por último os invito a todos a vivir esta fe ya que como dije en el artículo anterior todo lo relacionado con Cristo y su Madre te llena de amor hacia lo tuyo y hacia los demás y ayuda a la vez a formarte como persona.
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