domingo, 19 de junio de 2011

Parece que fue ayer

15/06/2011 ISABEL AG ERA

A mi nieto Gonzalo:

Parece que fue ayer, mi querido Gonzalo, cuando, recién nacido,
llenabas, no obstante, con tu cuerpo diminuto, el gran vacío que había
quedado en mi cama. Tus primeros sonidos, tus primeras sonrisas, tus
primeros movimientos, todo era objeto de mis ilusionadas grabaciones y
fotografías.

Parece que fue ayer, cuando de la mano, cantando y riendo, te llevaba
a la guardería primero, y al colegio, después. Parece que fue ayer
cuando, con tu cartera cargamento de libros sobre tu espalda, te ví
entrar un primer día al instituto. Todo ha pasado en un tris en el que
tú no solo has crecido en años y estudios, sino, sobre todo, te has
convertido en un adolescente responsable, estudioso, sensible,
cariñoso. Valores que, como no podía ser de otra manera, te han
transmitido tus padres en especial y la familia en general.

¡Y cómo te gusta sentirte rodeado de todos! Eres feliz, cuando se
organiza la velada en casa y cuando en compañía de amigos, tan buena
gente como tú, te sientes libre para tantas y pequeñas cosas como
proyectas.

Sí, parece que fue ayer pero los años han pasado y hoy te veo a la
puerta de la Universidad con inmensa carga, mezcla de dudas e
ilusiones: ¿Qué estudio? Preguntas una y otra vez, al tiempo que tus
ojos se iluminan en un mar de sueños. No sé, al fin, cuál será tu
elección definitiva, pero quiero decirte que no te dejes arrastrar por
el desaliento reinante en una sociedad que parece metida en un túnel
sin boca de salida. ¡Claro que hay luz! Sucede que con lamentaciones y
brazos cruzados el eclipse se eterniza.

Tú camina sin tregua pero sin prisas, haciendo oídos sordos a las
sirenas que, con cánticos de negro pesimismo, quieran robarte tus
sueños. Serás, de ello estoy segura, brillante y honesto estés donde
estés. ¡Ah! ¡Y qué guapo estabas con tu traje de hombre! ¡Pues sí,
lloré!

No hay comentarios: