¡Si no votas luego no te quejes!
Existe un sentimiento bastante generalizado de "resignación", en el sentido de muchos votantes progresistas dicen: ¿De qué sirve votar si va a ganar la derecha? Esto es masoquismo y dejar que ocurra lo peor sin haber hecho nada para remediarlo.
Súmate al cambio, dice el PP, y se utiliza la palabra cambio como un talismán y pretenden poseer la facultad de producirlo sin decir cómo. Rajoy ha dicho: "Que él no va incumplir nada porque no ha prometido nada" ¿Dónde está el cambio? Tienen la pretensión de que, al nombrarlo, cada cual borrará de su experiencia los malos tiempos presentes, abriendo una perspectiva de futuro feliz. Y el cambio feliz lo encarnan las mismas personas que hoy nos mienten, niegan la evidencia del deterioro de los servicios públicos en beneficio de la competencia privada, desviando fondos y creándoles condiciones de negocio que se sostienen gracias a ese trasvase, que empobrece a la población más necesitada, ya sean viudas de Castilla-La Mancha, escolares de Madrid, o dependientes de Canarias. ¿Qué cambio puedes esperar de los que ya están haciendo recortes en sus Comunidades?, pues eso: recortes y pobreza.
Si no gana Rubalcaba, el problema ya no serán los 5 millones de parados, sino los más de 10 millones de pobres.
Desde mi perspectiva, lo importante es votar y no conformarnos con los resultados previstos. No importa saber quién va a ganar y por ello resignarse, lo que importa es que no nos representen sin posibilidad de réplica.
Juan Calleja
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