miércoles, 22 de agosto de 2012

Una carta

Sanz Martin, Juan Carlos
 
 
 
       Por qué tanto sadismo. Por qué tanto disfrute con la pobreza a la que usted y su partido están condenando a los españoles. Por qué tanta maldad con quienes le pagan religiosamente el sueldo que le permite llevar a sus hijos a colegios de pago, llevar bolsos de Loewe, comprar perfumes caros o viajar en primera. Por qué tiene usted la empatía anulada y es incapaz de ponerse en el lugar de los millones de españoles a los que usted y su partido les están arruinando los sueños. Por qué tiene usted el alma tan carbonizada, señora Fabra.
Andrea Fabra

Estoy seguro de que su insensibilidad no es voluntaria. Es la consecuencia de cómo ha sido (mal) educada y del concepto tan innoble que usted tiene de la política. Es usted, en el fondo, una víctima. Una niña pija que no trabajó en su puñetera vida ni sabe qué es sufrir. Todos los españoles no tuvieron la suerte que usted tuvo: tener un padre al que le toca la lotería cada año y que no ha hecho otra cosa en su vida que vivir de la política para crear una red clientelar y corrupta en la Comunidad Valenciana. Ni más ni menos como usted. A la que no se le conoce cotización a la Seguridad Social.
Señora Fabra, usted no sabe qué significa la crisis económica. Su "que se jodan" ha vuelto a desahuciar a Carmen de su vivienda. Carmen es víctima del modelo económico que nos está haciendo escupir ladrillos por doquier. Fue desahuciada de su vivienda tras quedar en paro, vivió en la puerta de una iglesia sevillana y golpeada por vándalos que, como usted, pensaron que Carmen se tenía que joder por haber quedado sin techo. Por si no lo sabe, señora Fabra, a esta mujer desahuciada le quitaron la casa con los juguetes que su hijo recibió de los Reyes Magos. Su "que se jodan" es una bofetada al hijo de Carmen, una criatura que no tuvo la suerte de nacer en una familia tan afortunada con los juegos de azar y que es la víctima más inocente de la especulación inmobiliaria que hizo a su padre rico.
Su "que se jodan" ha llegado directamente a los sueños de Jara. Una joven de 22 años, hija de padres parados y sin ingresos, que trabaja cada día en un restaurante para ganar 580 euros. Con los que ayuda a su familia a subsistir y con los que se pagará las tasas universitarias que usted y su partido han subido para impedir que los hijos de los pobres compitan con su hijo en el futuro.
Su "que se jodan" ha ido dirigido directamente al oncólogo que curó de cáncer a Encarna en un hospital de la sanidad pública. O a la profesora que permite cada día romper el círculo vicioso del fracaso escolar. Su "que se jodan" va también dirigido al ujier que le pone el inmerecido vaso de agua que usted toma en su indigno escaño desde el que se dedica a gritar como una choni poligonera. Por cierto, está muy feo que una pija redomá como usted grite expresiones tan ordinarias e impropias para una chica de su clase (in) social. Todo su empeño por aparentar ha quedado deslucido y nos ha demostrado que su estética es la fachada que usa para esconder su poca calidad humana y su maldad congénita: tiene buena herencia.
Mañana, antes de que se ponga el tinte y oculte su armazón sin alma en un ropaje más elegante que su interior, recuerde que su "que se jodan" es producto de la herencia recibida que le ha hecho ser una indecente, dañina y mediocre persona que disfruta y se ensaña con los más débiles. Recuerde igualmente que las personas a las que usted gritó "que se jodan" tienen dignidad, algo que usted no tendrá en la vida. Ha cargado usted con todo el peso de la herencia recibida. Dese pena y dimita, no por respeto a nadie, porque ya sabemos que en su herencia la palabra "respeto" no aparece, sino porque no es usted merecedora de representar a un pueblo tan jodido con su herencia.

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