miércoles, 19 de enero de 2011

Reyes magos e ilusion

12/01/2011 ISABEL AGÜERA

Acurrucada en un balcón de mi casa, allá en el pueblo, esperaba cada
año la llegada de los Reyes Magos. Quería verlos, tocarlos,
escucharlos- Alguien, a carcajada limpia, me abrió los ojos: Es
mentira: los reyes son tus padres. Pasaron años, nacieron mis hijos y
he aquí que, sin proponérmelo, los Reyes Magos volvieron a escena en
sus zapatitos, primorosamente colocados en la terraza, y volvieron a
tomar vida en cabalgatas, augurios, cartas, grandes almacenes, etc. Y
algo por dentro me decía que también yo protagonizaba un engaño. Hoy,
pasados muchos más años, pienso y tengo experimentado que el principal
alimento del psiquismo, la mejor cuerda para activar nuestros
estímulos, es la ilusión. Y desde ese punto de vista, los educadores,
padres, en este caso, tendríamos que estar bien atentos a promover en
nuestros hijos una vida ilusionante, pero no un día y a base de súper
caros y súper modernos artilugios generadores de niños y niñas que ni
tan siquiera les interesa levantar la vista de ellos para ver quién
les habla o qué sucede a su alrededor, sino promoviendo a diario
vivencias generadoras de ilusión, transmitiendo la alegría de vivir,
pero, hundidos como andamos en una sociedad empanada y pasota, con
nuestras actitudes proyectamos en constante trance, una imagen
negativa del mundo y de cuánto nos rodea como si por nuestra boca solo
pudieran salir palabras como éstas: ¡Qué asco de vida!

Sin duda para los niños la festividad de los Reyes sigue siendo una
ilusión, pero mucho más que eso les alegra y divierte la participación
de sus padres en juegos, ocios, paseos, etc.

Una tarde de cine, de merienda, un rato de parchís, cualquier cosa
provocaría en ellos mejores ilusiones que fantásticas mentiras, porque
la vida no es un asco, sino una escalada en la que cada peldaño de
ascenso, nos aproxima más a las estrellas.

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