¡Pues, sí! Madrugué más de la cuenta para recoger mis reyes, pero un
poco sorprendida, al encontrar mis zapatos de charol vacíos, salí a la
terraza, buscando un rastro de los Magos y, ¡bueno, bueno! Una
maravillosa visión me aguardaba. La fotografié para que llegara a
todos los rincones donde algún ser humano pudiera encontrar también
sin regalos sus zapatos. Me acordé de mi familia, de mis amigos y
también de los que no lo son porque la ilusión no se compra ni se
vende pero se expande y su estrella está ahí a la mano. Mi balcón
sigue iluminado y mis sueños se reciclan: Pasaron los Reyes y me
dejaron lo mejor: un sueño. Besos y acepta esta "postal" que hice con
todo cariño para ti.
Isabel
viernes, 6 de enero de 2012
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